por: Azucena Castro
Aún recuerdo aquel dia nublado, no sabía muy bien donde me encontraba ni como habia llegado alli, sabia que era un bosque, pero no donde se encontraba axactamente. Trataba de buscar a alguien que me dijera donde estaba, pero fue en vano, no habia ninguna persona cerca. Nadie podia ayudarme, y tenía que encontrar el camino de regreso. Me sentía extraña, parecía que yo era la única persona en ese lugar.No había nadie cerca, nadie que me pudiera escuchar y mucho menos ayudar. Seguí buscando, sin saber realmente que era lo que buscaba; nunca había estado en ese lugar que apesar de todo era muy bonito.Caminé sin saber que era lo que iba a encontrar, sin saber a dónde iba, asi por varias horas que se me hicieron eternas.Llegó la noche, no podía ver, aún menos con la niebla que había, empezaba a hacer frío, tenía que buscar un lugar, pero simplemente me era imposible ver.Decidí quedarme sobre una piedra, tratí de dormir un poco. Me quedé dormida, hasta el amanecer. Desperté, seguí con mi busqueda. De pronto encontré un camino, sabía que tenía que llegar a algún lugar, asi que lo seguí. Caminé algunos metros, vi que al final había una pequeña cabaña, y decidí ir hacia ella. Pero al ir hacia allá, vi que algo o alguien se dirigía hacia donde yo me encontraba, era una persona, no la distinguía muy bien por la niebla pero, conforme se acercaba, su figua me era más conocida, no estaba segura pero, se parecía mi Mamá. Sí, era ella y no entendia que hacia en ese lugar. Empezamos a hablar, pero no me contesto.De pronto observé su mirada, era como si quisiera decirme algo pero no pudiera hacerlo. Intentó escribirlo en el suelo pero, cuando estaba a punto de hacerlo, una nube blanca invadió el lugar, me era imposible verla.Entonces todo se quedó blanco, un sueño blanco...
Era eso, un sueño blanco. Desperté y observé lo que había a mi alrededor: mi habitación, sin bosque claro.. tal vez un sueño que nunca olvidaré.
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